Ya ha pasado tanto. El mar era como hoy, los cielos eran azules y el clima frío, olía a diferente y a nuevas tierras. El ser amado a mi lado y una semilla creció en mí. Mi vientre no era más que uno llano y con los días, al crecer de la primera semilla, fue aumentando; mis entrañas se fueron extendiendo hasta convertirse en luna llena y con ella mi corazón ya gigante en una prospera galaxia se convirtió; con el paso del tiempo la luna menguó mas el corazón siguió creciendo, y cuando yo te vi ángel de ojos vivaces fui la dicha en mi persona. Pasaron diría que años, el clima era frío y un tanto conocido, mi vientre no tan llano fue creciendo nuevamente de una semilla prendado, vientre fecundo, en el tornó a crecer un fruto hasta convertirse en luna llena y morena; mi corazón entonces como quien sabe hacerlo bien creció, y más tarde como suele ser, mi vientre menguó, viéndote a ti ángel de ojos grandes, se torno mi alma en ciclópea. Cuando os hallabais fuera de mi, retoños, la luna llena ...
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