El otoño en la isla de Mallorca es frío, muy frío. Caminas por las calles con las manos en los bolsillos intentando que no se te meta el frío en los huesos, pues cuando eso sucede, es muy dificil que salga. Hoy ha sido un día lluvioso y frío; la montaña más grande de la isla, el Puig Mayor, se puede observar desde mi ventana y hoy parece espolvoreada con azúcar glacé. Esta mañana lluviosa, después de dejar a mis hijos en el colegio y hacer algunos recados, de camino a casa pude ver que el puerto lucía precioso allá a lo lejos con aquella oscuridad que dan las nubes repletas de lluvia. El camino a casa se hace corto en coche; cogí la camara, me apetecía fotografiar el negro del horizonte. Cuando llego allí, lo que eran unas gotas desperdigadas en el pueblo, era una llovizna constante con el sol de fondo; al acercarme a la playa de Repic pude observar como el arcoiris nacía cerca de la montaña donde se encuentra el refugio de Muleta y terminaba cerca...
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