Guerras.
(2005)
Hay armas dolosas que arrancan las cabezas
Pero no se de una que arranque las tristezas.
¿Dónde será que las estrellas brillaran?
¿Dónde es, que los ojos no lloraran?
Primavera incierta con sauces enverdecidos,
¿A dónde es que van esos cuerpos doloridos?
¿Por qué se oculto el sol donde la primavera no llegó?
¿Qué tirano escribió con sangre la locura que vengó?
La maldición que fue tomada es un sacrilegio.
Para tantos es crueldad y para pocos privilegio.
Los que se encuentran llorosos piden clemencia al cielo,
Como sí no bajara un solo trozo del anhelado consuelo.
Existe y te derrumba la tristeza de los ojos inocentes.
Que se van o se fueron, muchos no están presentes
Con tonta demencia se igualan una a una las matanzas
Aunque igualmente entre los cuerdos las vergüenzas.
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