La eterna juventud y la eterna vejez…

(Imagen tomada de la red, usada en representación de la eterna juventud y la eterna vejez, gracias a quien la subió)

Cada día que pasa soy más vieja, hace años soñaba y esperaba con ansia llegar a los 26, ¿Qué imaginaba entonces? No lo se…

Aún soy joven y creo que lo seré siempre aunque mi cuerpo, las arrugas y el mismo espejo se empeñen en negarlo. El espejo cada día me dice: Mira cuanto has cambiado, es verdad… no se lo discuto… Pero por dentro me siento igual y cada día mi espíritu me lo dice, mira que igual eres... Así que soy eternamente joven, pero también eternamente vieja... por que cada día que pasa envejezco.

Miro las fotografías y pregunto ¿Esa soy yo? Si, me reconozco… Los años han pasado tan rápido que veo a las personas muy cambiadas, los niños ya no son niños y hay nuevos... En México el tiempo transcurre deprisa, igual que aquí… pero cuando se de tantas cosas me doy cuenta que todo pasa más deprisa de lo que en mi día a día aparenta… Antes veía a mis seres queridos, les quería y apreciaba, pero no entendía nada, eso era antes, me refiero a hace unos cuantos años, digamos que 20… Con el paso del tiempo mi perspectiva ha cambiado y me doy cuenta de cuan igual y cuan distinta soy de todos mis seres queridos. Los años son solo una ilusión, lo que transcurre cada día es una ilusión. Todos somos viajeros en el tiempo y quizá podríamos viajar al pasado, pero ¿Realmente querríamos viajar al pasado? Yo renunciaría a ello ¿Para que quiero viajar al pasado si haría exactamente lo mismo? Si algo puedo cambiar quizá es ahora, debo resarcir mis errores y mejorar las cosas que tengo por hacer, y se puede, claro que se puede…

La juventud recorre nuestras venas y es parte de nuestra piel por unos cuantos años, el cuerpo es prestado, pero el espíritu nos pertenece, el espíritu siempre es joven, ese es el único secreto de la eterna juventud, no existe ningún elixir que podamos beber, o quizá si, pero solo puede hacerlo el, el espíritu y es beber un poco de alegría y optimismo, mentalizarnos y saber de nuestra juventud, la de nuestro eternamente joven espíritu y también saber que somos eternamente viejos desde que nacemos pues cada día que pasa envejecemos.