“Señora, que no se me acerque, por favor”, le dije en mi cabeza a una mujer que debía rondar mi edad. Estaba a dos palmos de mí. Aquella escena me recordó a los años en los que no podía aguantar que las personas se acercaran tanto a mí, estaba quizás a un metro, no lo sé. Necesito distancia, ¿qué parte de la distancia de dos metros es la que no entienden? A veces ya no sé si es la parte antisocial la que pide a gritos que se alejen o simplemente la parte lógica que busca que los bichos se mantengan a una distancia razonable y no puedan agarrarse a mi ropa. Es probable que sea la segunda. “Señora, en un espacio de 3 metros cuadrados no podemos estar 3 personas”, pienso e intento alejarme y la miro y mi cuerpo me delata y mi cara, aunque la mascarilla enmascare, nunca mejor dicho, lo que mis expresiones faciales están diciendo, pero no los ojos, los ojos nunca mienten... No, nadie tiene prisa, pero si tienen una extraña propensión a acercarse a las demás personas a menos de un m...
DesafíoYh
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