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Mostrando entradas de julio, 2010

Erótica

Erótica No es poesía, es tu alma unida a la mía. Mientras nuestras miradas se confunden, tu cuerpo y el mío bailando como olas se hacen uno. En nuestros pechos debe haber caballos al galope, parece que los escucho mientras te abrazo; deleite a los sentidos esto es lo que es, amarte, tenerte entre mis muslos y, mecernos juntos hasta que tocamos el cielo y después, ya cansados, después, caemos como adormecidos y Morfeo nos espera, para arrullarnos entre sus brazos.

Morfeo no viene.

Escucho los pasos de la noche que tiembla con su juventud, noche calida de verano, noche insomne, sigilosa como un gato, noche en calma, noche oscura. Escucho el tic tac de los relojes que anuncian el caminar de esa noche extraña y calurosa de labios entreabiertos que se detiene a mirar a cualquiera que vea transitando por el mundo de los mortales. Noche oscura, noche joven, noche negra, noche bella… Escucho murmullo de gente y lejos el respirar lleno de gozo de quienes ya se hayan en los brazos de Morfeo y siento envidia, envidia porque no me visita con sus rizos y su cara traviesa el dulce Morfeo. La tinta se escurre como manchas y líneas torcidas sobre una llanura blanca y entonces yo le llamo, yo le clamo, al dulce y travieso Morfeo y no viene, el no viene… En esta noche temblorosa y boquiabierta que para a observar a los mortales calurosos, mortales deseosos ya de sentir el aliento del otoño o del invierno, en esta noche de verano, no viene, Morfeo no viene…